En la enseñanza de hoy, veremos la obra de Dios en la vida de María Magdalena. Cómo su encuentro con Jesús la transformó y la llevó a ser una fiel seguidora de él.
Lucas 8:1-3 dice que muchas mujeres participaban en el ministerio de Jesús, seguramente las tres mencionadas en este pasaje fueron sanadas por Jesús. En el caso de María Madalena, fue librada de la posesión de 7 demonios. Una persona endemoniada está sometida a mucho tormento. Los demonios procuran su destrucción física. En su contexto social, una persona en esa condición quedaba aislada, pero después de su liberación ella siguió a Jesús.
Estas mujeres apoyaban activamente la obra misionera. Viajaban con Jesús y sus discípulos. Dice el versículo 3 que muchas le servían de sus bienes, contribuían con sus propios recursos. No solo acompañaban, seguramente también enseñaban, pero además de eso aportaban financieramente. Tenían un llamado muy claro: Renunciando a todo lo lógico, servían.
En el caso de María Magdalena se hizo evidente lo que dice Lucas 7: 36: al que mucho le es perdonado, mucho ama. Ella vio lo que Jesús hizo en su vida y entregó todo lo que era y lo que tenía al servicio a su salvador. Su fidelidad fue tal que Marco 15: 40, 41 la menciona entre quienes acompañaron a Jesús hasta la muerte. Esto muestra el compromiso que María Magdalena tenía con Jesús.
Y su fidelidad también le dio el privilegio de ser la primera en ver a Jesús resucitado, según Juan 20: 11 – 18. Jesús apareció por primera vez a María Magdalena, ella fue la primera persona de la historia que llevó el mensaje de la resurrección.
Te invitamos a escuchar y compartir el audio de la enseñanza de esta semana.