Seguimos con esta serie sobre las mujeres que hicieron parte del grupo de discípulos de Jesús. Hoy veremos la vida de María, la hermana de Martha y Lázaro. En ella encontramos una sierva sensible a las enseñanzas del maestro, quien comprendió muy temprano que Jesús era el mismo mesías, pero más allá de esto, entendió qué tipo de mesías era. No el que esperaba el pueblo de Israel, sino el mesías que nos libra de nuestros pecados.
Entre sus actos más destacados está su anhelo por escuchar las enseñanzas de Jesús, su sensibilidad a ellas fue calificada por Jesús mismo como la “mejor parte”. También tuvo un acto de adoración absoluta al ungir los pies de Jesús con un costoso perfume y enjugarlos con sus cabellos.
Ella amaba a Jesús y lo veía como su Señor y su Salvador, y su vida y actos refleja una verdadera adoración que debe animarnos a nosotros a seguir, servir y adorar de la misma manera.